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¿Es el cannabis medicinal una opción real para el dolor crónico?

  Evaluación de la efectividad del cannabis en el manejo del dolor crónico y las controversias que lo rodean.

El dolor crónico es una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo, impactando significativamente su calidad de vida. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en 2019, aproximadamente el 20.4% de los adultos en los EE. UU. reportaron dolor crónico, y el 7.4% experimentaron dolor crónico de alto impacto. Tradicionalmente, los opioides han sido la piedra angular en el tratamiento del dolor crónico; sin embargo, su uso prolongado conlleva riesgos considerables, como la dependencia y la sobredosis, contribuyendo a la crisis de opioides que enfrenta actualmente la sociedad.

Ante estos desafíos, se han explorado alternativas más seguras y efectivas, siendo el cannabis medicinal una de las opciones emergentes. Este artículo examina la efectividad del cannabis en el manejo del dolor crónico, comparándolo con los opioides, y aborda las controversias que rodean su uso.

¿Cómo actúa el cannabis en el cuerpo?

El cannabis contiene dos compuestos clave, el Δ9‐Tetrahydrocannabinol (THC) y el Cannabidiol (CBD), que interactúan con el sistema endocannabinoide del cuerpo. Este sistema, compuesto por los receptores CB1 y CB2, desempeña un papel importante en la regulación del dolor, el humor y la respuesta inmune.

  • CB1: Se encuentra principalmente en el sistema nervioso central y juega un rol crucial en la modulación de neurotransmisores como el GABA y el glutamato. Esto permite inhibir la transmisión del dolor a través de vías descendentes del cerebro.
  • CB2: Se localiza en células inmunes y está involucrado en la modulación de respuestas inflamatorias. Su activación ayuda a reducir la inflamación, que es una causa común de dolor.

Mecanismo del cannabis en el dolor crónico:

El THC es el principal componente psicoactivo del cannabis, responsable de los efectos que alteran la percepción. Actúa uniéndose a los receptores CB1 en el cerebro, inhibiendo la liberación de neurotransmisores y, por ende, disminuyendo la percepción del dolor. Por otro lado, el CBD, no psicoactivo, también se une a receptores periféricos y juega un papel antiinflamatorio, actuando sobre el dolor neuropático y la inflamación crónica.

Evidencia sobre su efectividad

En los últimos años, varios estudios han evaluado el uso del cannabis para el dolor crónico. Los hallazgos indican que el cannabis medicinal podría ser eficaz para el alivio de ciertos tipos de dolor, incluyendo el dolor neuropático, el dolor por cáncer, y condiciones como la fibromialgia, la esclerosis múltiple, y el dolor lumbar crónico.

Un metaanálisis comparó la efectividad del THC con el opioide codeína, y se encontró que 20 mg de THC eran más eficaces que 120 mg de codeína en el control del dolor crónico relacionado con el cáncer. Sin embargo, la evidencia sigue siendo limitada debido a la variabilidad en la dosificación y los métodos de administración del cannabis, lo que dificulta la comparación directa con tratamientos tradicionales.

Estudios destacados:

  • Un estudio israelí con 3,619 pacientes mostró que el uso prolongado de una mezcla de cannabinoides redujo el uso de opioides en el 36% de los pacientes y disminuyó la severidad del dolor en un 52%.
  • En otra investigación, se reportó una reducción del 44% en el consumo de opioides en pacientes que usaban cannabis medicinal para el manejo del dolor.

 Controversias en torno al cannabis medicinal

Aunque el cannabis medicinal ha ganado popularidad, su uso no está exento de controversias. Existen preocupaciones sobre su uso indebido, especialmente entre jóvenes y personas con antecedentes de abuso de sustancias. Además, el cannabis con fines recreativos a menudo se confunde con el medicinal, lo que puede generar estigmatización.

Legalización y uso responsable:

  • En muchos países, incluido EE. UU., Canadá y varios países de Europa, el uso de cannabis medicinal está legalizado bajo estrictas regulaciones para tratar condiciones como el dolor crónico, el cáncer y enfermedades neurológicas.
  • Sin embargo, sigue existiendo un debate sobre el impacto de su legalización. Algunos argumentan que puede facilitar el acceso para usos recreativos, especialmente entre los jóvenes, lo que podría derivar en problemas de salud pública.

Es importante aclarar que el uso recreativo no debe confundirse con el uso terapéutico del cannabis. El uso lúdico, particularmente en adolescentes, está asociado con efectos adversos en el desarrollo cognitivo y comportamientos de riesgo. Además, el uso del cannabis en jóvenes no está recomendado en ninguna circunstancia.

Comparación con los opioides

Durante décadas, los opioides han sido el tratamiento estándar para el dolor crónico severo, pero su uso ha resultado en una epidemia de adicción y sobredosis a nivel mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 70% de las muertes relacionadas con el uso de drogas son atribuidas a los opioides.

Ventajas del cannabis medicinal sobre los opioides:

  1. Menor riesgo de dependencia: A diferencia de los opioides, el cannabis tiene un riesgo mucho menor de causar dependencia grave o mortal.
  2. Efectos secundarios menos graves: Mientras que los opioides pueden causar efectos secundarios graves como la depresión respiratoria, el cannabis tiende a provocar efectos secundarios leves como somnolencia y mareos, que generalmente disminuyen con el uso prolongado.
  3. Reducción del uso de opioides: Estudios han demostrado que los pacientes que usan cannabis medicinal para el manejo del dolor tienden a reducir o incluso eliminar el uso de opioides. En un estudio, se observó una reducción del 64% en el uso de opioides entre los pacientes que usaban cannabis.

Sin embargo, es crucial destacar que el uso del cannabis medicinal debe ser evaluado de manera individual y siempre bajo supervisión médica. La dosis, el tipo de cannabis y el método de administración varían según la persona y su condición médica.

Limitaciones y riesgos del uso del cannabis medicinal

Aunque el cannabis medicinal tiene un perfil de efectos secundarios más favorable que los opioides, no está exento de riesgos. El THC, en particular, puede causar efectos psicoactivos no deseados, como alteraciones en la percepción, problemas de memoria y, en algunos casos, síntomas psicóticos en personas predispuestas.

Posibles efectos secundarios:

  • A corto plazo: Mareos, somnolencia, sequedad en la boca, y aumento del apetito.
  • A largo plazo: En casos raros, el uso prolongado y en altas dosis de THC puede estar asociado con trastornos como la hiperemesis cannabinoide o problemas cardiovasculares.

Además, la legalidad del cannabis varía entre países y estados, lo que puede limitar su acceso y generar confusión en pacientes. En algunos lugares, el cannabis medicinal no está cubierto por seguros de salud, lo que puede suponer una barrera económica para algunos pacientes.

Que podemos aprender de este tema:

 

El cannabis medicinal es una opción prometedora para el manejo del dolor crónico, especialmente en pacientes que buscan alternativas a los opioides. Aunque la evidencia sugiere que puede ser eficaz para el alivio del dolor, es importante que los pacientes consulten a un médico antes de iniciar cualquier tratamiento. El cannabis puede ofrecer una alternativa, pero su uso debe ser cuidadosamente monitorizado debido a los posibles riesgos y efectos secundarios.

Glosario

  • Cannabidiol (CBD): Compuesto no psicoactivo del cannabis, conocido por sus efectos antiinflamatorios y analgésicos.
  • THC: Tetrahydrocannabinol, el principal componente psicoactivo del cannabis que altera la percepción.
  • Sistema endocannabinoide: Conjunto de receptores y neurotransmisores que regulan varias funciones en el cuerpo, incluyendo el dolor y la inflamación

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